Autor: Alessandro Ilimuri
En pocas horas se inician las elecciones en Bolivia, tristemente Evo Morales, un caudillo de masas indígenas, narcotraficantes y políticos corruptos estará en la lista por cuarta vez consecutiva. Pero no por la vía democrática, de hecho, forzó al Tribunal Electoral para habilitarlo. Ya que en un referéndum del año 2016 la población le dijo NO.
Durante mis años fuera del país, he visto cómo las embajadas bolivianas han sido la protección de criminales, testaferros y corruptos. Cada año son destinados hombres y mujeres del gobierno a diversos puntos del mundo con el objetivo de gozar de inmunidad diplomática. De esta forma evitar ir a prisión.
Sin embargo, este indígena resentido es un presidente que ha dividido radicalmente un país, que ha fomentado la ignorancia de sus seguidores para matar, asesinar y traficar con droga. Que ha generado odio, xenofobia, homofobia, machismo y racismo dentro y fuera de las fronteras. ¿Es hora de una separación territorial?
Un caudillo corrupto que ha manipulado a miles de personas enfrentando a bolivianos y chilenos. Criticando a millones de argentinos por la difícil situación que atraviesan, sabiendo que en dicho país hay miles de bolivianos radicados haces muchos años. Y gracias a ese país sus familias han podido salir adelante.
Evo Morales, ¿por qué no criticas el gobierno del dictador y narcotraficante Maduro?
Pero no, el malandro este, siempre se ha escudado en su calidad de indígena cuando otros criticamos su autoritarismo. Cómo si ser indígena fuera una enfermedad.
Pues, bien, al hablar de indígenas ‘civilizados’ debemos hablar de esos grupos, guerrilleros y revolucionarios que han causado terror en la ciudadanía, y que creen que son dueños de un país llamado Bolivia. Criminales que han decapitado perros a plena luz del día. ¡Qué dijiste o hiciste Evo Morales? Nada.
¡Dejen en paz a los ciudadanos y ciudadanas que no vivimos de la política y el socialismo!
Finalmente, ojalá, que gane nuevamente este indígena criminal, y esto nos sirva para iniciar un proceso radical de cambio, un proceso que entregue a este individuo su país, sus indígenas ‘civilizados’, cocaleros, sindicalistas, narcotraficantes, criminales, delincuentes y ciudadanos que apoyan su mandato por 100 años. Y nos devuelva a millones de bolivianos que vivimos dentro y fuera, el país que necesitamos, ese país donde ningún mandatario instale el autoritarismo o el comunismo disfrazado de democracia. Un país donde se respete la carta magna y no se la viole o se la prostituya como lo ha hecho este gobierno.
Santa Cruz fue la primera ciudad en iniciar el debate de la separación del territorio, luego Tarija, y claro, a estas alturas, considero que en esta ocasión seremos millones de bolivianos que apoyaremos tal propuesta.
Ya basta de tolerar un gobierno sumido en la tragedia, resentimiento y corrupción. Es hora de entregar a este ciudadano el país donde gobierne hasta su muerte.
¡Recuperemos un país llamado Bolivia!
Los comentarios están cerrados.