Erase una vez un gobierno que fue derrocado por una masa de cocaleros, sindicalistas y allegados; 14 años después, Morales-Linera y la misma masa de cocaleros serán derrocados por todo un país.
Alessandro Ilimurí
Los políticos son la representación clara e inequívoca de un país. Y el Estado Plurinacional de Bolivia no es la excepción. Se merece lo que tiene. Durante años la ciudadanía se creyó el cuento del victimismo, el racismo y el imperialismo. “Pobrecito Morales-Linera, pobrecito indio o pobrecita chola”. Esos pobrecitos apoyaron a este caudillo de masas, cuyo entorno cocalero vive de la venta de hoja de coca a narcotraficantes. Lo dijo su propio fundador ya fallecido, el señor Filemón Escobar. Que entre sus sombras y luces, fue el único que se atrevió a decir la verdad dentro su propio partido.
Pasaban los años, no había el gran cambio, entonces miles de ciudadanos lo apoyaron en una absurda batalla legal contra Chile, la famosa e histórica salida al mar. Con ello, Morales-Linera sabían que podían jugar con el sentimiento histórico de la gente, con esa salida al mar y por fin bañarse en aguas soberanas.
Su discurso se basó en sembrar odio al extranjero y sobre todo a empresas extranjeras. Morales-Linera hicieron lo que Adolf Hitler hizo en sus inicios con los alemanes, sembrar un nacionalismo extremo. Y lo logró. Grupos radicales y sociales afines a Morales-Linera crecían con discursos violentos haciendo clara apología a la muerte, odio y xenofobia.
En el caso del partido de Hitler, fusionó el socialismo y el nacionalismo, con el objetivo de aglutinar masas de ambos sectores y alejarlos del comunismo, disfrazó el fascismo iniciado por Mussolini y él lo rebautizó como el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Años después, la gran exterminación de seres humanos.
¿Estamos lejos de dicha realidad?
Claro que sí, corren otros tiempos, no obstante, el proceso de cambio de la ideología de Morales-Linera es similar. Tanto el NSDAP y el MAS progresaron con un discurso anticapitalista, dejando siempre claro que su lucha es en contra de aquellos que son diferentes a ellos. Vale decir, si eres rico eres capitalista, si no eres indígena eres burgués, si sabes escribir o debatir eres su enemigo. Esa es la doctrina que incuba este tipo de socialismo de Morales-Linera.
Ahora bien, si debemos buscar un culpable, no lo hay, hay miles. Todos los bolivianos y bolivianas que aceptaron votando o callando sobre las estupideces que hacía y decía el ‘Jefe Indio del Sur` a la comunidad internacional son los culpables.
Esta coyuntura tiene un ejemplo claro en materia de derecho; si compras un reloj a un ladrón por obtener mejor precio, eres más culpable que el ladrón, y la pena de prisión puede ser incluso superior a la del propio ladrón. Y ahí está el problema actual y la fortaleza de Evo Morales: la falta de educación, conocimientos y cultura de un pueblo se convirtió en la herramienta capital del partido socialista de Morales-Linera.
Por todo ello, ¿hay razón para alarmarse?
Considero que no. Afortunadamente hubieron miles de bolivianos que vimos con gran preocupación el discurso nacionalista de Morales-Linera, y nos pusimos a escribir, manifestar o crear plataformas de cambio, cada quién como podía y/o desde algún lugar del mundo.
Pues, bien, esta nueva historia que ha escrito en casi 14 años de gobierno el partido del MAS será de gran aporte al presente y a las nuevas generaciones, evitará que nuevos caudillos e imbéciles intenten jugar con la inteligencia de la sociedad, asumiendo un rol de víctima por considerarse indio, como si dicha etiqueta sea una enfermedad.
Al respecto, el problema en cuestión no son los indios, los gringos o las cholas, el problema es usar esa fachada para enaltecerse para delinquir y victimizarse cuando son sorprendidos cometiendo el delito.
Por lo tanto, si una chola, indio o ‘gringo’ prohíbe el paso a otros ciudadanos nacionales o extranjeros, con total vehemencia, su condición de chola no le exime de responsabilidades civiles. Y la policía tiene la obligación de actuar.
Así pues, a partir de la fecha, el gobernante que pregone de riqueza y prosperidad deberá demostrarlo en cifras y luego hechos, vale decir: construcciones vanguardistas, aeropuertos, ferries, trenes, metros, bibliotecas, agroindustria, políticas de estado, programas de educación técnica, políticas anticorrupción, etc, etc.
Una educación que garantice la calidad de docentes e instituciones, programas que minimicen el riesgo de exclusión social y políticos que garanticen su riqueza a través de una declaración jurada pública y de fácil acceso para los ciudadanos.
No más ideologías del rico contra el pobre, la de pollera contra la del vestido o la entrega de “Bono Juancito Pinto” o la madre que lo parió, ya no habrá gobernante que juegue con la inteligencia, quizá intenten hacerlo con la necesidad del ignorante, pero éste se lo merecerá, ya que actualmente, no hay razón para justificar la ignorancia o la carencia abismal de conocimientos. El conocimiento y la cultura está en la palma de la mano. El victimismo del ignorante ya no tendrá sentido, lo tendrá bien merecido.
La actualidad tiene a jóvenes emprendedores que luchan por su propio futuro, no esperan que un gobierno o un político lo haga por ellos.
Si algún lector sale disgustado de este artículo o se mofa de la realidad, será el mejor de los placeres y elogios, pues ya no hay tregua a la ignorancia, deberá debatir mi argumento con uno muchísimo mejor. Y ojalá así sea, pues también aprenderé a ser derrotado y mejorar cada argumento.
Bolivia unida, es la misión.